Malas noticias desde el gran país del norte. Los sindicatos perdieron la primer parte de la lucha en Wisconsin contra el gobierno republicano. Pero esto sólo debe ser el comienzo.
Desde hace ya varias semanas miles de trabajadores en Madison, capital del estado de Wisconsin, protestan contra una iniciativa de ley promovida por el Gobernador republicano Scott Walker.
Se intenta pasar una ley que prohíbe los convenios colectivos de trabajo para los empleados estatales y les exige pagar por sus pensiones y seguro médico. En uno de los primeros estados de EEUU en implementar beneficios sindicales a principios del siglo pasado, la extrema derecha intenta destruir a los sindicatos aduciendo problemas de déficit causados por ellos mismos al bajar los impuestos para los ricos y las grandes corporaciones.
Los trabajadores llegaron a tomar el Capitolio estatal, y contaron con el apoyo, entre otros, de Michael Moore.
Lamentablemente, el día de hoy, con la aprobación republicana y la abstención demócrata, la ley se aprobó. Dijo el Gobernador:
"Aplaudo la acción de la Legislatura el día de hoy para hacer frente a la situación actual y dar un paso en la dirección correcta para equilibrar el presupuesto estatal". Asimismo, calificó la propuesta aprobada como una medida integral que permitirá al estado evitar aumentos de impuestos y despidos de empleados públicos, en un esfuerzo por equilibrar el presupuesto, cuyo déficit se estima en tres mil 600 millones de dólares.
Es decir, por si alguien no lo entendió, Consenso de Washington puro. Lo mismo que recomiendan para Latinoamérica y los países menos desarrollados de Europa, ahora llegó a EEUU. Y esto se está repitiendo en Ohio, Indiana y Idaho.
Pero a no bajar los brazos: las manifestaciones aún siguen. Veremos cuanto dura esta pequeña "victoria" para los gobernadores anti-obreros. Y esperemos que, como dijo Michael Moore, Madison sea sólo el comienzo.
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