sábado, 26 de marzo de 2011

El avión del Tío Sam


Las repercusiones por el avión norteamericana que llegó al país con un par de armas y drogas de más aún siguen. La ofensiva del gobierno estadounidense y la contraofensiva de nuestro gobierno.


Para el que todos estos meses estuvo en el freezer y no sabe nada, le resumo la historia en pocas palabras: en febrero llegó un avión militar estadounidense con armas y narcóticos, dedicada al entrenamiento de la Policía Metropolitana, la Federal y otras fuerzas policiales. El problema es que parte de ese material no estaba declarado, por lo que se procedió a retener el avión y a incautar su material. El avión al poco tiempo volvió, pero el material sigue acá.

En días pasados, y luego de su gira por Latinoamérica, Obama le envía un mensaje a la Presidenta reclamándole la devolución del material incautado, calificando al incidente como algo serio. Y dijo que cuando la encuentre personalmente le va a pedir por las armas. Para el gobierno yanqui, es una piedrita en el zapato.

No nos aventuremos a tirar bombas como hizo Kunkel, pero la verdad del asunto es una: un avión de otro país (el que sea) entra con material no declarado, encima armas y drogas. ¿Qué se supone que hay que hacer? ¿dejarlos pasar?

El Gobierno hace lo correcto: ese material no puede volver a su origen hasta que alguien explique que hacía acá.

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