martes, 22 de marzo de 2011

Latinoamérica y Libia


Mientras continúan los humanitarios y pacíficos bombardeos euro-yanquis en territorio libio, repasemos ahora la posición de los países de la región al respecto. Y al final, una pequeña conclusión.


Argentina
La cancillería argentina condenó los ataques, argumentando que eran apresurados y que no se habían agotado todos los recursos diplomáticos.
Y de paso, aunque no tenga mucho que ver, la opinión de Pino.

Bolivia
El gobierno condenó el ataque, y Evo Morales llegó a pedir que se le retire el Premio Nobel de la Paz a Obama (pedido que por supuesto tiene toda racionalidad).

Brasil
El gobierno brasileño también se opuso a la ofensiva y apuesta por una solución pacífica.

Chile
Mientras Obama estaba en el país, Piñera salió a decir que estaba de acuerdo con el ataque para sacarlo a Gadafi del poder. Expresó su apoyo entonces.

Colombia
El canciller expresó su apoyo, pero debió dar explicaciones ante el Congreso por su voto positivo. También a favor.

Cuba
Por supuesto que Cuba expresó su total oposición y defendió el derecho a la autodeterminación de los libios.

Ecuador
Rechaza la intervención, y el presidente Correa la tildó de inaceptable.

México
No se expresó al respecto, sólo pidió que se respeten los derechos humanos. En otras palabras, ambigüedad diplomática, pero favorable a los aliados.

Paraguay
Condenó el ataque, fue de los primeros países en hacerlo.

Perú
El gobierno de Alan García expresó su total apoyo a la misión, lo cual es consecuente con su accionar previo, ya que fue el primer país en cortar relaciones diplomáticas con Libia.

Uruguay
De los primeros países en expresar su oposición. Mujica califica al ataque como un contrasentido.

Venzuela
Oposición terminante, y Chávez señaló lo que ya todos sabemos: el interes por el petróleo.

Para concluir
La mayor parte del bloque expresó su oposición. Sólo cuatro países, los mismos de siempre, expresaron su apoyo a la intervención, "casualmente" los países que aún buscan tener buenas relaciones con EEUU y echar para atrás todos los procesos de cambios de la última década.

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