viernes, 1 de abril de 2011

Grandes presidentes latinoamericanos: Juan José Torres


Otra entrega más de esta sección dedicada a recordar a aquellos grandes presidentes de este lado del globo. Hoy viajamos a Bolivia, a visitar a un presidente que llegó al poder gracias a una movilización popular, fue derrocado por un golpe militar, y fue asesinado en Argentina bajo la dictadura.


Su nombre completo era Juan José Torres González. Nació en Cochabamba el de 5 de marzo de 1920. Tuvo una infancia bastante dura: su padre murió en la Guerra del Chaco (1932-1935), por lo que ya de joven debió hacerse cargo de mantener a su familia, compuesta por su madre viuda y seis hermanos.

Ingresó a la academia del Ejército, egresando del colegio militar "Gualberto Villarroel", el 20 de diciembre de 1941, con el grado de Subteniente del arma de artillería. En 1964 se desempeñó como Agregado Militar en la embajada de Bolivia en Brasil y en 1965 fue nombrado embajador en Uruguay.

La historia de Bolivia es muy turbulenta, y siempre los golpes de Estado y derrocamientos populares están a la orden del día. El período en el que se desempeó Torres no fue la excepción. En 1964 hubo un golpe contra el presidente Víctor Paz Estenssoro, y asume entonces una junta militar presidida por el General René Barrientos. Él sería el verdadero presidente durante este período hasta 1969 (más allá de un interludio donde fue co-presidente junto al General Alfredo Ovando). Su gobierno fue claramente de derecha y represor, con una gran cantidad de muertos inocentes (como los obreros mineros reprimidos en la Masacre de San Juan), y con funcionarios siniestros, tal el caso del criminal de guerra nazi Klaus Barbie, presidente de la Sociedad Naviera del Estado (por aquel entonces contaba con un sólo barco y se dedicaba al contrabando) y asesor de los servicios de inteligencia. Y si los lectores tienen memoria, sabrán que durante este período es fusilado el Che y varios de sus guerrilleros, orden que emanó directamente de Barrientos.

Éste muere en el cargo en un accidente de helicóptero y asume su vicepresidente Luis Adolfo Siles Salinas, que tendría un gobierno de carácter progresista y que, entre otros avances, llevaría la televisión a Bolivia y a la firma del Pacto Andino (antecedente de la Comunidad Andina de Naciones). De todas maneras Siles Salinas sería derrocado por el General Ovando, que instauraría un gobierno que llevaría a cabo importantes medidas como la nacionalización del petróleo, campañas de alfabetización, se ampliaron las libertades democráticas y de prensa, y la autorización para la reorganización de la Central Obrera Boliviana (COB).

Hagamos una pausa: ¿dónde estaba Torres en este período tan turbulento? En 1966 es nombrado Ministro de Trabajo por la Junta Militar de Gobierno. Al año siguiente es nombrado Jefe de Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas bolivianas. Entre 1968 y 1969 se desempeña como Secretario Permanente del Consejo Supremo de Defensa Nacional. Durante el desempeño de estas funciones, Torres y un núcleo de civiles y militares diseñaron los lineamientos políticos e ideológicos, y las bases programáticas que asumiría como mandato el gobierno de Ovando. Torres fue autor del "Mandato Revolucionario de las Fuerzas Armadas", plataforma programática de los gobiernos militares, también presidió junto a José Ortiz Mercado la elaboración de la "Estrategia Socio-Económica del Desarrollo Nacional" documento que debería guiar la gestión gubernamental de Ovando pero que en la práctica se inició su implantación durante el gobierno de Torres. Durante el gobierno de Ovando y por instrucciones del "2do Mandato Revolucionario de las FF.AA" (elaborado también por Torres) se nacionalizó la empresa Bolivian Gulf Oil Company. En 1970 fue nombrado Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, desempeñándose en el gabinete de ministros como representante directo de las FF.AA bolivianas, con la finalidad central de hacer que el Gobierno de Ovando cumpla con los Mandatos de las FF.AA.

Nos quedamos entonces en la presidencia de Ovando. Como muy bien supone el lector, la amenaza golpista aún sigue. En 1970 el General Rogelio Miranda llevó a cabo un golpe contra el gobierno militar. Inmediante la COB llama a una huelga general y los sectores del ejército afines a Torres se movilizan, logran contrarrestar el golpe y se establece un (otro en realidad) gobierno militar de izquierda con Torres como presidente, que asume el 7 de octubre 1970.

Durante su gestión él hablaría de los 4 pilares de la revolución, refiriéndose a los obreros, los campesinos, los estudiantes universitarios y el ejército. Éstos sectores serían quienes los apoyaron en su llegada al poder.

Bajo su mandato que no llegó a durar un año se realizó la nacionalización  de la Mina Matilde y las Colas y Desmontes, la expulsión de los Cuerpos de Paz de los Estados Unidos, se dispuso un aumento presupuestario significativo a las universidades bolivianas, se logró la creación de la Corporación de Desarrollo (incubadoras de las empresas estatales bolivianas) y el Banco del Estado (banco de desarrollo), además de una alta reposición salarial a los mineros.

Otro dato llamativo fue, como se dijo, su base de legitimidad popular: La iniciativa política correspondió a la llamada Asamblea Popular de 1971, organizada por la COB, dirigida por su secretario general, Juan Lechín e integrada mayoritariamente por los sindicatos, los partidos políticos que tenían representación en la conducción de la COB, y algunas organizaciones campesinas. La Asamblea Popular se desempeñaba como un poder paralelo y tenía como objetivo realizar una revolución socialista en Bolivia. Le Monde Diplomatique  la definió en aquel momento como el "primer soviet de América Latina".

Pero todo lo bueno dura breve, y más en el caso de un país con una realidad política tan turbulenta. El 21 de agosto de 1971 Torres es derrocado por un golpe de Estado que cuenta con el apoyo de altos mandos militares, la comunidad alemana boliviana, sectores conservadores brasileños y los partidos políticos tradicionales del país, que históricamente eran rivales, pero olvidaron sus diferencias para el golpe que lleva el poder al General Hugo Bánzer.

Lo que sigue en Bolivia es una historia conocida: Bánzer (egresado de la Escuela de las Américas) pasa a ser uno de los dictadores más brutales de Sudamérica, forma parte del Plan Cóndor, lleva a cabo férreas persecuciones contra opositores, se acerca económicamente a EEUU, lo que genera una deuda externa enorme, prohíbe a los partidos políticos que antes habían sido aliados suyos, y su administración se vio signada por la corrupción, fundamentalmente el narcotráfico. Este gobierno duró 7 años, lo que a estas alturas era todo un récord. En 1978 por movilizaciones populares es forzado a renunciar, dando lugar a una democracia débil y fraudulenta con, obviamente, golpes de Estado recurrentes. Esta larga inestabilidad duraría hasta 1982, donde retornaría la democracia (aunque, como sabemos, hasta hoy es débil).

¿Y qué pasó con Juan José Torres? Comienza su camino al exilio, primero a Perú, luego a Chile (en donde escribe "Bolivia: Dinámica Nacional y Liberación") y Argentina. Es en este último país donde es asesinado el 2 de junio de 1976 en plena dictadura. Por supuesto que su muerte no fue casual, ya que previamente fue secuestrado, y toda la operación formó parte del Plan Cóndor. La dictadura de Bánzer era aliada de Videla, además de la de Pinochet.

La dictadura boliviana no permitió la repatriación del cuerpo, a pesar de las movlizaciones populares. Su familia decidió entonces la extradición de los restos a México, donde permanecieron 7 años, hasta su regreso definitivo a Bolivia en 1983. Actualmente se encuentra en el Monumento a la Revolución Nacional (ubicado en la Plaza Villarroel - Campo de Marte de las Fuerzas Armadas), junto a los presidentes mártires Germán Bush y Gualberto Villarroel.

Esta fue entonces la historia de un presidente que formó parte de un proceso violento y tormentoso, pero que dentro de sus limitaciones pudo hacer grandes avances para su pueblo.

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