domingo, 1 de mayo de 2011

1º de Mayo: a 125 y 102 años


En esta nueva jornada de lucha de todos los trabajadores realizamos un saludo a todos los representantes de la clase obrera y realizamos un homenaje a aquellos que cayeron ante las balas policiales por pedir por sus derechos. Haciendo hincapié endos cosas: la Revuelta de Haymarket y la Semana Roja.


La conmemoración de este día tiene su origen en las revueltas de Haymarket en Chicago en 1886.

Tuvo lugar en Haymarket Square (Chicago, Estados Unidos) el 4 de mayo de 1886 y que fue el punto álgido de una serie de protestas que desde el 1 de mayo se habían producido en respaldo a los obreros en huelga, para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. Durante una manifestación pacífica una persona desconocida lanzó una bomba a la policía que intentaba disolver el acto de forma violenta. Esto desembocó en un juicio el 21 de junio, años después calificado de ilegítimo y deliberadamente malintencionado, habia ocho trabajadores anarquistas, donde cinco de ellos fueron condenados a muerte (uno de ellos se suicidó antes de ser ejecutado) y tres fueron recluidos. Fueron denominados Mártires de Chicago por el movimiento obrero.

A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de ocho horas a varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: "Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical".

Los trabajadores detenidos fueron: Samuel Fielden (inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil, condenado a cadena perpetua), Oscar Neebe (estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a quince años de trabajos forzados)y
y Michael Schwab (alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena perpetua).

Fueron ejecutados: George Engel (alemán, 50 años, tipógrafo), Adolf Fischer (alemán, 30 años, periodista), Albert Parsons (estadounidense, 39 años, periodista, esposo de la mexicana Lucy González Parsons aunque se probó que no estuvo presente en el lugar, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente), August Vincent Theodore Spies (alemán, 31 años, periodista) y Louis Lingg (alemán, 22 años, carpintero), que para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda.

En Estados Unidos, al contrario del resto del mundo, el Día del Trabajador se celebra el primer lunes de septiembre. El presidente Grover Cleveland, auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos.

Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.

En este lado del hemisferio hubo un primero de mayo que quedará siempre en la memoria: el de 1909 que dio origen a la Semana Roja. Fueron los acontecimientos represivos que comenzaron durante la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores en la Plaza Lorea de Buenos Aires de 1909.

Según testimonios de la época, una vez acabado el discurso de un orador anarquista ante un público de aproximadamente 1500 personas (hombres, mujeres y niños), estando Ramón L. Falcón presente junto a su estado mayor, la multitud, que se estaba dispersando ya, fue atacada por varias cargas de fusilería por parte de un batallón de un centenar de uniformados a caballo. El tiroteo duró varios minutos, hasta que finalmente la Avenida de Mayo quedó despejada de público, el cual había huido por las calles laterales. El ataque dejó 80 heridos y 14 muertos.

En los días siguientes, Ramón Falcón ordenó el cierre de los locales sindicales y el arresto de 16 cabecillas anarquistas de la manifestación. También, desde los sistemas de comunicación dependientes de las fuerzas de seguridad, se empezó a difundir la versión de que los hechos del 1 de mayo se debían a un "complot ruso-judaico".

Inmediatamente después de la matanza, el sindicato anarquista FORA, que era el que había organizado el acto, llamó a la huelga general durante una concentración frente a la Casa Rosada. Ya en ese momento, las dos centrales sindicales, la anarquista y la socialista UGT habían decidido acometer las acciones conjuntamente. La huelga duró una semana y fue reprimida con militares. La huelga tuvo alcance nacional y la ciudad de Buenos Aires se vació tanto de deambulantes como de servicios de transporte, durante varios días.

Como resultado de la rápida respuesta y unión de las dos grandes centrales sindicales, el gobierno instauró el estado de sitio, el cual duró hasta el año siguiente, y firmó numerosos decretos de expulsión del país de extranjeros.

Después de intensas negociaciones con el gobierno de José Figueroa Alcorta —a través del vicepresidente provisional— la huelga general fue levantada. Algunas peticiones de los sindicatos fueron aceptadas, entre ellas la petición de liberación de los detenidos el 1 de mayo, aunque no todas. Ningún responsable o ejecutor de la matanza tuvo que responder judicialmente por sus actos.

El 15 de noviembre de ese año, un militante anarquista de origen judío, Simon Radowitzky, quien era menor de edad cuando cometió el atentado, acabó con la vida del comisario al atacarlo exitosamente con una bomba en el cruce de las avenidas Callao y Quintana. Acabó siendo apresado y torturado en dependencias de la policía. Durante el juicio, el fiscal había pedido la pena de muerte, pero finalmente acabó siendo enviado al penal de Ushuaia.

Las manifestaciones obreras de la época, por su parte, salieron a gritar consignas a favor de Radowitzky, como È morto Ramón Falcón massacratore; evviva Simón Radowitzky vindicatore. Las manifestaciones contrarias a Radowitsky, en el centenario de la independencia, se coreaba la consigna "¡fuera los rusos!".

En 1925 bajo la presidencia de Marcelo T. de Alvear se declaró el 1º de mayo como feriado.

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